Voy a despertar
porque las horas de luz se desdibujan.
El día se ha perdido, pero todo
lo que me daba miedo ha resurgido.
Me siento ausente
como si todo se precipitase
hacia una dirección que desconozco,
como si sólo fuese un escenario
y yo la luna
en medio de la oscuridad y el frío.
Tengo miedo, porque el sol se dio la vuelta
y se posicionó en el lado opuesto.
Tengo miedo, porque voy a la deriva,
porque aspiro a una certeza que no tengo.
Todo lo incierto se cierne sobre mí
y estoy cansada...
Voy a despertar
porque me niego a aceptar que esto es la vida.
Porque llevo una armadura que me pesa,
que se desploma
y hay pedazos de mí por todas partes.
Qué lejano se divisa el horizonte,
imperceptible, abstracto, indefinido.
Tanto como lo estoy yo en este instante.
Voy a sucumbir, voy a fluir,
voy a frenar la fuerza de esta resistencia
y voy a abrir los ojos para siempre
como si fuesen dos ventanas sin cristales,
sin importar si entra la lluvia en mis pupilas.
Despierto porque ya dormí bastante,
porque ya me cansé de esta ceguera,
del frío en mi interior tan limitante...
Despierto, porque desde hace algún tiempo
en mis sueños ya no vuelo como antes.
Lorena Bonillo 11/9/2024
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