2 sept 2024

DOS VIEJOS POEMAS DEL AÑO 2002

 OBRAS REGISTRADAS EN SAFE CREATIVE.


Tengo decenas de libretas con poemas que escribí hace años. Hoy es el momento de rescatar dos de ellos. Iré compartiendo más.


En este lapso tan fugaz llamado vida

resulta inútil aferrarse a los recuerdos,

a los objetos, a los nombres, a lugares

que inevitablemente cambian con el tiempo.


De nada sirve perpetuar lo imperdurable

pues ni tan sólo el amor llega a ser eterno.

Hasta las luces de esta tarde de verano

se apagarán para dar paso al frío invierno.


Y morirán, como yo muero cada día

cuando te llamo y con mi voz rompo el silencio,

cuando me empeño en retenerte y más te pierdo.


Sé que los años incesantes nos marchitan

mas aún me duermo con la imagen de tus besos

porque la vida, al fin y al cabo, sólo es eso.

Un sueño preso dentro del sabor de un beso.


Lorena Bonillo, Junio 2002




Una vez creí en el amor

y he de admitir que fui feliz durante un tiempo.

Y por creer, creí también en los sueños

y en todas esas cosas

que no pueden durar...


Inventé el sabor,

la textura de un deseo.

Inventé su rostro, sus ojos,

los recuerdos, y pensé en su nombre.

También pensé que amar así me daba miedo

porque un corazón que ama

se desangra lentamente y va muriendo.


Yo creí en el amor, me arrepentí.

Hoy no creo en el amor, y me arrepiento.

Me dolió creer y despertar,

hoy me duele más vivir sin sueños.


Y me dueles tú, la oscuridad,

las palabras rotas que transforman el silencio

en una secuencia de temores, de derrotas,

y en todas aquellas cosas que no tengo.


El amor se fue, jugó y se fue.

Yo jugué también, mas siempre pierdo.

Dime si has sentido alguna vez ese tormento

de querer creer, querer amar y no poder.


Quiero jugar con el placer como hace tiempo

y no luchar contra el color de su recuerdo

que se va desdibujando en mi memoria.

No he de nombrarle nunca más, no debo hacerlo.


Yo creí en la vida, en lo eterno, en lo posible,

en el poder de una mirada. Le creí.

Me dejé mecer,

soñé, jugué, viví

y no quise pensar, sólo sentir.


Yo creía en el amor, lo sé, me arrepentí

pero ahora no creo en el amor, y me arrepiento.

No sé si es peor vivir soñando y despertar

o no haber sentido nunca la ilusión de un sueño.



Lorena Bonillo  16/6/2002





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