Era casi imperceptible,
pero de algún modo se sentía.
Una pequeña chispa, una luz
que apenas se intuía.
El cosquilleo sigiloso
del deseo enjaulado...
Estábamos callados.
Ese silencio no daba más de sí
y al mismo tiempo se expandía.
Era como si todas las palabras
se quebraran de pronto,
como si no encontrásemos razones suficientes
para decir la verdad.
Dicen que la verdad siempre asoma,
que es como un corcho en el agua,
tiende a emerger y se muestra
por mucho que uno no quiera.
Y es cierto.
Sólo necesité ver sus ojos
para escuchar lo que no quiso decirme,
para saber que pensábamos lo mismo.
Y el vértigo me recorrió la espalda
porque, sin duda lo supe.
Ambos estábamos en la misma sintonía...
Lorena Bonillo. Febrero 2025
Todo se ha vuelto extraño de repente.
No es como un martes de tantos.
¿Escuchas ese ruido?
Ese tic, tac, tic, tac..
Diría que es mi corazón soñando.
No acostumbro, y aún dudo
que esto me esté pasando.
Es como si un millón de mariposas
saliesen de mi pecho
y se fuesen volando...
Lorena Bonillo. Abril 2025
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