Nos acostumbramos,
debe ser que nos acostumbramos
a vivir sin colores,
a no buscar matices,
a ver sólo penumbra.
Debe ser que tú y yo nos deslizamos
por líneas divergentes
y no nos encontramos.
Tu órbita y la mía
giran alrededor de algunas sombras.
¿Dónde quedan las luces?
No es bueno acostumbrarse a ver a oscuras,
o eso dicen,
pero mis ojos ya se han amoldado
y sigo distinguiendo tu silueta.
Permíteme buscarte
si un día miro al cielo y me percato
de que ya no hay estrellas.
Voy a cerrar los ojos por no verte
dentro del brillo de la luna llena.
Lorena Bonillo, 24-7-22
No hay comentarios:
Publicar un comentario