Hoy se me vino toda la nostalgia encima.
¿Recuerdas cómo éramos entonces?
Qué lejos queda...
¿Por qué cuando uno es joven
nadie le avisa de lo que viene luego?
¿Qué hicimos mal? ¿Y dónde estamos?
En qué punto de la vida nos hayamos...
No es culpa tuya, ni mía.
Nos estamos muriendo lentamente.
El letargo se ha posado en nuestro pecho,
se siente como el abrazo de un amigo
y cada noche duerme entre nosotros.
Nadie te cuenta esa verdad incómoda.
Que con la edad todo se torna gris
y no hay escapatoria.
El ciclo de la vida nos arrastra
al centro de un abismo, inevitable...
Lorena Bonillo 22/7/25
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